Durante un evento de Nuevo León, al copetudo se
le ocurrió dar un discursito. Mientras de su boca salían palabras y conceptos
que el copetudo seguramente no conoce, en una de esas su cerebro tal vez
se sobrecargo y tuvo otro de esos momentos Peñanietescos en donde dijo una
palabra que no existe la cual fue “podramos”, la palabra correcta en este caso
es “podamos”.
Al final del
evento le tiraron una insignificante bolita de papel que ni siquiera le rozó, le
hubieran arrojado un zapato o un pañal sucio.
El pobre no
aprende de sus errores, es un inculto y un torpe, sin duda el español no es lo
suyo, ni el inglés, ni la política, ni de libros, para lo único que sirve es para cagarla y
hacernos reír de sus pendejadas.
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